La invención del “sindicalismo combativo” y sus consecuencias para la CNT.

Clasificar a los sindicatos en dos grupos: sindicatos de Estado y sindicatos combativos, como hizo Beltrán Roca en su artículo titulado “Cuestión de modelos. Sindicalismo de Estado y sindicalismo combativo en la Andalucía contemporánea”, fue un paso previo para propugnar la unidad de acción del llamado sindicalismo combativo. Sin embargo, dicha clasificación carece de lógica. Beltrán Roca entiende por sindicalismo combativo “aquel sindicalismo que, además de defender los intereses de clase, mantiene un discurso y una práctica orientada a la transformación social, que se traduce, entre otras cuestiones en su alejamiento del sistema de concertación o pactos sociales”. Respecto a la transformación social, es obvio que cualquier sindicato cambia la sociedad en mayor o menor medida. Respecto al alejamiento de los pactos sociales, habrá que ver si ha rechazado participar en esa concertación, porque si no ha accedido a esa posibilidad no se puede caracterizar a ese sindicato como no pactista. Podría ser no pactista por falta de oportunidades. El Estado y la Patronal no necesitan, por ahora, a los llamados sindicatos combativos para pactar. Si, en un futuro, hiciese falta su colaboración, no sería extraño que lo hicieran. La CNT colaboró con el Estado plenamente del 36 al 39.

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