Liberalismo y marxismo: Dos caras de la misma moneda. Esteban Vidal

Actualmente todavía persiste una idea muy equivocada acerca de la relación entre economía y política, de tal modo que la segunda es considerada una derivación de la primera, una especie de epifenómeno que es reducido a categorías económicas y en último término dinerarias. La imagen que desde esa perspectiva es dibujada representa el juego político como un mundo dominado por mercados, empresas y bancos que operan a escala mundial y que dan órdenes a los Estados y sus respectivos gobiernos. La economía, entonces, es soberana y con ella los actores antes mencionados al ser los que en teoría la controlan. De todo esto se deduce que el Estado no es otra cosa que una institución que se encarga exclusivamente de velar por los intereses de los empresarios y banqueros, y que el capitalismo como tal se explica únicamente como un sistema socioeconómico cuya única y principal finalidad es la acumulación ilimitada de riquezas por dicha minoría social. El Estado únicamente se ocupa de proteger a dicha minoría para garantizar ese proceso de acumulación, y nada más. Se trata de una perspectiva del Estado y de la relación economía-política que es al mismo tiempo muy liberal y muy marxista.

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