Entre las muchas definiciones de «intelectual», se destacan las dadas por el Gran Diccionario de la Lengua Española: «Que se dedica a un trabajo o actividad, relacionadas con el espíritu, que requieren especialmente el empleo de la inteligencia» o «Que tiene influencia en la sociedad por el prestigio de su inteligencia, por su capacidad crítica y por su poder de razonamiento«. Todos los regímenes han contado con un grupo de intelectuales en actividad constante como forma de dominación a los pueblos. Francisco Franco los tuvo, Mussolini, Hitler y Stalin también contaron con ellos; algunos de los cuales mantuvieron posiciones ambiguas, quizá por aquello de que el miedo es libre y hay que sobrevivir como sea, mientras que otros apoyaron abiertamente sus atrocidades; pero todos ellos con un fin común: mantener un régimen en el poder a costa de lo que sea. Quizá a alguien le cueste creer que Salvador Dalí haya apoyado abiertamente a Franco, que Luigi Pirandello amara al fascismo, o puede que alguien caiga en coma cuando sepa que el filósofo «mas genial» Martin Heidegger apoyó a Hitler, o alguien no pueda contener las lágrimas cuando se entere que Boris Pasternak estuvo cercano a Stalin.
